miércoles, 28 de octubre de 2015

Los muchachos comunistas

Los muchachos comunistas

Ensayo. Korn y Trímboli rescatan la figura de Alfredo Varela, autor de la novela que dio origen a “Las aguas bajan turbias”, y su relación con Hugo del Carril.

POR ISIDORO GILBERT

Hugo del Carril, actor y cantor de tangos pero también de la versión grabada de la Marcha Peronista, leyó el libro que escribió Alfredo Varela, El río obscuro,acaso a finales de los 40. Se entusiasmó tanto que decidió llevarlo a la pantalla, pero las principales negociaciones con Varela las debió realizar en la cárcel de Villa Devoto, donde el autor, comunista, cumplía una larga reclusión, en parte junto a Atahualpa Yupanqui, entonces también del PCA, acusados de “orinar” a la salida de una actividad en la embajada de la URSS.
Varela publicó su libro en 1942 en la editorial Lautaro, cercana a sus ideas políticas, que fue precedido por notables notas que sobre la situación de los trabajadores de los yerbatales que escribió en el sensacionalista Ahora y más tarde en el comunista La Hora . Puede que aquellos artículos hayan sido el borrador de lo que iba a ser El río… . A Misiones había viajado instado por Marcos Kaner, una leyenda de las luchas en el Alto Paraná: fundó sindicatos y llevó por allí las ideas del comunismo.
De esta conjunción de un escritor comunista y la voz de la marcha más famosa se corporizó el filme Las aguas bajan turbias , estrenada en 1952 con éxito, el mismo que ya había alcanzado el texto aquí y en el exterior, con traducciones a varios idiomas.
Guillermo Korn, ensayista y docente, y Javier A. Trímboli, profesor de historia, vieron en esa novela muchas vetas para analizar. Una que no es menor: ese encuentro a principios de los 50 entre esas dos personas cuando el peronismo estaba en auge (entre muchísimas cosas) por haber rebanado al comunismo de los sindicatos que ellos habían impulsado con suceso entre 1926 y 1943, como lo demostró Hernán Camarero en un ensayo sobre el tema.
Así, trama y novela son desmenuzadas por Korn y Trímboli en Los ríos profundos. Hugo del Carril/Alfredo Varela: un detalle en la historia del peronismo y la izquierda(Eudeba). Hay erudición en este palimpsesto –como lo define Horacio González en su prefacio–; la información es volcada con precisión: yergue como dato mayor el haber recuperado para la historia la novela –sin duda una de las mejores que se han escrito en el país–, a su autor que se limitó a esa sola porque lo suyo fue la militancia comunista y sólo incursionó en libritos menores o en poesía.
Del Carril tiene su fascinación. De cantar sin aparecer en Los muchachos de antes no usaban gomina (1937) el tango Tiempos Viejos , convertirse en galán, ser la voz de la Marcha Peronista, se introdujo en el cine donde la temática social fue casi excluyente. Filmó entre otros, Las Tierras blancas de Juan José Manauta (otro comunista), y se rodeó en sus producciones de guionistas y técnicos exiliados por ser republicanos cuando la Guerra Civil Española.
Este encuentro Varela-Del Carril da pie a los autores a hurgar el libro, su época, el historial comunista y en su desencuentro con el movimiento que encabezaría Perón en 1945. Se trata de un hecho excepcional; no son vidas paralelas sino un cruce momentáneo que provocó en el aparato estatal remezones. Apold, el controlador ideológico, trató de impedir el proyecto que tuvo respaldo del Presidente.
El río oscuro no es para los autores expresión del realismo socialista, como lo calificó enContorno , Noé Jitrik. “Realismo naturalista”, define González a esa novela de fuste.
El relato de Varela es pródigo en describir el régimen de explotación de los trabajadores de la yerba mate y un momento cargado de tensión es aquel cuando dos personajes, los hermanos Morey-ra, se abren paso a balazos para escapar del infierno verde. Son expresiones para los autores “de un tipo de rebelión que se ha quedado sin futuro (pero) hay material suficiente para forjar una identidad de clase, para constituir al sujeto que avance por empezar en el cumplimento de la ley que ponga freno a los excesos de la explotación. Al concluir las entregas no quedan demasiadas dudas sobre lo inconveniente que sería esperar que la solución provenga de los mismos mensús”. Entonces, parecen decir Korn y Trímboli, que esto se revertiría cuando llegue el coronel y mande guardar. Es el enfoque que tiene el trabajo minucioso e inteligente pero reivindicando a Varela como prominente escritor.

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